Coordinador Ángel Pérez Menchero. email: seo-sierradeguadarrama@seo.org Secretario Benjamín Berdiales Fraga.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Observación de aves en Valmayor. Diciembre 2017

Hola a todos.

El pasado día 6 de diciembre, aprovechando el día festivo, llevamos a cabo una de las actividades que teníamos pendientes con el Ayuntamiento de El Escorial. Por las fechas que eran, lo más razonable parecía una observación de acuáticas, ya que las invernantes ya deberían estar aquí. Elegimos el embalse de Valmayor, cercano a la localidad de El Escorial, y donde en los días anteriores se habían visto algunas cosas interesantes.

Quedamos a las diez y media de la mañana, en la entrada de la urbanización La Pizarrera. La mañana, sobre todo con los precedentes de días anteriores, prometía ser muy fría, pero pronto vimos que los cielos despejados nos iban a regalar una jornada muy agradable en lo meteorológico.

Por parte del grupo estuvimos cuatro personas (más dos niños). En cuanto a asistentes, una buena representación, con un total de 25 personas. Lamentablemente, quedaron fuera de la actividad otras 14 personas.

Bienvenida y pequeña introducción
Desde la entrada de la urbanización nos acercamos en coche al embalse. Aparcamos en la zona habilitada como entrada para pescadores, y allí mismo se dio la bienvenida y se hizo una pequeña introducción a lo que íbamos a intentar ver. Por el camino ya se habían empezado a ver algunas cosas, propias de la dehesa que nos rodeaba: urracas, rabilargos y algún milano real, pero los avistamientos se iban a multiplicar según nos acercábamos a la orilla del embalse. La falta de agua en éste es más que evidente. La orilla está muy lejos del camino, con una gran playa baldía entre medias. Mala cosa para intentar ver limícolas, pero algo iba a verse, seguro.


Primera toma de contacto
Lo primero que llamó la atención a la gente fueron algunos colirrojos tizón que buscaban su alimento por el suelo. Sus movimientos espasmódicos la verdad es que son muy llamativos, pero quizás la gran sorpresa del día fueron unas abubillas (al menos un par) que nos sobrevolaron varias veces. Junto con un bando de aviones roqueros (que ya habíamos localizado la semana pasada) fueron la gran sorpresa de la actividad.

Ya puestos en faena, lo más evidente en el agua fue la gran cantidad de gaviotas (reidoras y sombrías) que se veían. Alguno de los asistentes aprendió a diferenciar ambas especies y las distintas edades según el plumaje. Llamaron también la atención un par de cisnes vulgares, probablemente escapes, y, por supuesto, la estrella de la actividad: los tarros canelos. Conscientes de que se trata de una especie exótica invasora, pero, desde luego, de una gran belleza.

En las orillas pudimos ver lo poquito que había de limícolas: algunos andarríos chicos y grandes. No había más. Eso sí, compartían la orilla con lavanderas (blancas y, al menos, una cascadeña), y con algunos bisbitas, que parecían ser pratenses.

Una vez que hubimos peinado la zona todo lo que pudimos, nos dirigimos hacia un roquedo desde donde se tenía una visión más amplia de la parte central del embalse, así como de la presa, cerca de la cual se intuían grandes cantidades de gaviotas. Por el camino, nos detuvimos a contemplar un típico bando invernal de fringílidos, donde pudimos identificar, al menos verdecillos comunes y jilgueros europeos. Ya en el agua, a los tarros canelos les acompañaban una buena cantidad de cucharas y algunos azulones. En la orilla contraria se concentraban casi todas las fochas que vimos, así como alguna garza real, y desperdigados entre medias de todos éstos, varios somormujos lavancos y cormoranes grandes. Nos llamó también la atención encontrarnos con un pequeño grupo de silbones, y una pareja de ánsares comunes.


Observando el embalse
Según avanzaba la mañana y el sol iba calentando, las rapaces se decidieron a despegar. Los primeros que llamaron nuestra atención fueron los buitres, entre los que pudimos ver tanto leonados como negros, mezclados también con milanos reales. Rápidamente, todas las miradas se centraron en los recién llegados, y así pudimos distinguir también a algún ratonero y, como colofón, la mirada experta de Nacho descubrió en la lejanía un adulto de águila imperial. ¡Gran fin de fiesta!



Iba llegando ya la hora de comer, por lo que iniciamos el regreso hacia los coches. Por el camino, todavía pudimos pararnos a observar un grupo de huellas sobre la arena, que identificamos como de urraca y gaviota, según el patrón palmeado o no y la existencia de uña trasera.

Diferenciando huellas
Finalmente, a eso de la una y cuarto, dimos por finalizada la actividad, agradecimos su presencia a los asistentes, y nos volvimos para casa.

Gracias por vuestra compañía, grupo.
Lista de especies observadas:
Ánsar Común
Cisne Vulgar
Tarro Canelo
Ánade azulón
Cuchara Común
Silbón Europeo
Somormujo Lavanco
Cormorán Grande
Garza Real Ardea
Buitre Negro
Buitre Leonado
Águila Imperial Ibérica
Milano Real
Busardo Ratonero
Focha Común Fulica
Andarríos Chico
Andarríos Grande
Gaviota Reidora
Gaviota Sombría
Paloma Torcaz
Abubilla
Rabilargo Ibérico
Urraca Común
Corneja Negra
Avión Roquero
Colirrojo Tizón
Estornino Negro
Lavandera Blanca
Lavandera cascadeña
Bisbita Pratense
Jilguero Europeo
Serín Verdecillo

miércoles, 25 de octubre de 2017

Celebración Día de las Aves 2017

La importancia de la conservación de una avifauna abundante y diversa en nuestro entorno creo yo que está fuera de toda duda. Más allá del mero disfrute que pueden proporcionarnos con su simple presencia, lo que ha sido en muchas ocasiones la causa de que muchos de nosotros nos hayamos decidido a acercarnos a este maravilloso mundo, las aves cumplen una gran variedad de distintas funciones en nuestros ecosistemas, que las hacen imprescincibles en la Naturaleza. Así, de todos es sabido la importancia como insecticidas naturales de varios grupos de aves, como las golondrinas, la importantísima función como basureros de los buitres y córvidos, o la importancia como reguladores de las poblaciones de otras especies, que de otra manera llegarían a ser muy dañinas. Son menos conocidas, sin embargo, otras funciones igual de importantes, como dispersoras de semillas, polinizadoras de determinadas plantas, o incluso como vectores de determinadas enfermedades (tanto animales como vegetales). Es por eso que una población saludable de aves en una zona es, asimismo, síntoma de la buena salud del ecosistema.

A pesar de todo esto, las aves se siguen enfrentando, aún hoy en día, a multitud de agresiones que suponen una amenaza directa a su supervivencia, lo que, a su vez, redunda, como decía antes, en la propia salud del entorno. Quizás la más evidente de estas agresiones sea la caza indiscriminada; pero no sólo la ilegal, bien sea la caza de grandes rapaces o la captura de pequeños pájaros mediante redes o con paranys, sino también, en muchos casos, la legal, que se ceba, sobre todo en determinados países, sobre las aves en migración, aunque la disminución de sus poblaciones recomiende una especie de "parada biológica" en la caza de determinadas especies, que permita recuperar su población.

Sin embargo, con ser la más evidente, no es la caza el principal problema de las aves en estos tiempos: La reducción de sus fuentes de alimento, la destrucción de sus hábitats (por ocupación de espacios naturales o cambios en las prácticas agrícolas), la interferencia de las actividades humanas, la contaminación del ambiente, los tendidos eléctricos, y siempre el maldito veneno en el campo son algunos de los retos a los que se enfrentan las aves en cualquier tiempo y lugar, y que apunta a una tendencia, cuando menos preocupante, en la situación de sus poblaciones. 

Desde SEO-Sierra de Guadarrama tenemos el convencimiento de que la principal arma con la que contamos para intentar revertir esta situación es la educación. Educación en todos los ámbitos, tanto en niños como en adultos, y para todas las áreas de la vida, tanto personales, del día a día, como profesionales.

Para poder alcanzar estos objetivos, intentamos seguir dos caminos: el puramente divulgativo (charlas, exposiciones, rutas...) y el lúdico, más enfocado a niños (juegos, talleres...). Precisamente estas dos vías fueron el eje central de la celebración del día de las aves de este año, que compartimos con vosotros los días 30 de septiembre y 1 de octubre.

Comenzamos el sábado, día 30, en los jardines de la Casita del Príncipe, en El Escorial. Alrededor de una mesa informativa, desarrollamos varios talleres infantiles (pintacaras, construcción de móviles de aves, observación de egagrópilas y taller de dibujo libre), que fueron muy del gusto de los niños, sobre todo el de egagrópilas, siempre muy demandado por el gran interés que despierta.
Pintacaras
Taller de aves con CDs

Taller de egagrópilas
La jornada se completó con una ruta guiada por los jardines, en la que los asistentes pudieron comprobar la variada avifauna que puede haber en un parque urbano, y una sesión de anillamiento científico de aves, en la que se mostraron algunos de los medios de los que disponemos para estudiar la distribución, el comportamiento y la evolución de las poblaciones de las aves.

El domingo continuamos con la celebración, esta vez en compañía de los amigos del Centro de Educación Ambiental de La Pedriza, con los que compartimos una jornada de avistamientos de aves en los alrededores del Embalse de Santillana, en Manzanares del Real.

Comenzamos la mañana en el puente del cementerio de Manzanares, en la desembocadura del río Samburiel, y, a pesar de la poca cantidad de agua, pudimos disfrutar de las aves más habituales (gorriones comunes, cigüeñas blancas, gaviotas reidoras, alguna sombría...) otras menos habituales, y que causaron gran sensación (un martín pescador, varias garzas reales, los llamativos somormujos lavancos o algún zorzal charlo) y la gran sorpresa del día: un par de cigüeñas negras que, al parecer, iban bastante retrasadas en su migración...

Martín pescador

Cigüeña negra

La jornada continuó en la otra cola del embalse, en la zona de Soto del Real, donde, a la llegada, pudimos disfrutar de los pequeños pajarillos que alegran cada paseo por el campo (carboneros, tórtolas turcas, cogujadas, algunos mosquiteros musicales y papialbos y los omnipresentes papamoscas cerrojillos en paso). Al acercarnos a la orilla, se comenzaron a divisar las aves más asociadas al agua, como azulones, cucharas, garzas, garcetas (una de ellas grande), somormujos y cormoranes, además de un grupo de collalbas grises.

Se movían también por la orilla unos pocos limícolas, que llamaron mucho la atención entre los asistentes: andarríos chicos y grandes, archibebes claros, lavanderas blancas y cascadeñas, una avefría y un sorprendente ganso del Nilo.

La jornada terminó con el avistamiento de un grupo de gorriones chillones, que puso la nota exótica a una jornada que, a pesar de las malas perspectivas, por el tiempo y el bajo nivel del embalse, dejó un buen sabor de boca a todos los presentes.



¡Feliz día de las aves a todos! Esperamos volver a disfrutar de vuestra compañía el año que viene.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Día de las Aves 2017

Hola a todos.

Como cada año, el primer fin de semana de octubre celebramos el Día Internacional de las Aves. En él, dentro de un ambiente básicamente festivo, reflexionamos sobre la situación actual de las poblaciones de aves en el mundo, nos planteamos los retos que suponen su cuidado y conservación, pero, sobre todo, aprovechamos para compartir con todos nuestra gran pasión: el disfrute del mundo de las aves en libertad.

Si quieres unirte a nosotros, te esperamos el sábado, como cada año, en los jardines de la Casita del Príncipe (El Escorial), donde podrás disfrutar de talleres, avistamiento de aves, juegos...

Además, este año, en colaboración con el CEA de La Pedriza, realizaremos una ruta guiada por los alrededores del embalse de Santillana, donde podremos disfrutar de las aves que se encuentran cubriendo sus rutas migratorias hacia el sur y de aquellas invernantes que vienen a pasar estos meses con nosotros.

¡Os esperamos!


martes, 13 de junio de 2017

Observación de mariposas y aves en Abantos

Os invitamos a una jornada de observación de mariposas, y naturaleza en general, con la colaboración del Arboreto Luis Ceballos y el Ayuntamiento de El Escorial.


sábado, 20 de mayo de 2017

Día de las aves migratorias. Ruta por Robledondo

El pasado sábado, 13 de mayo, con motivo de la conmemoración del día internacional de las aves migratorias, y en colaboración con el Ayuntamiento de El Escorial, organizamos una ruta guiada por los piornales entre el pueblo de Robledondo y el Cerro de la Cabeza. Nos acompañaron doce amigos, muchos de ellos ya habituales de nuestras actividades; por parte del grupo nos juntamos Nathan, con su pareja, Gonzalo, con su mujer y los dos retoños (que ya tiene mérito), Jesús y el que esto escribe.

Esta vez, la puntualidad de todos los asistentes fue exquisita, a pesar de lo poco indicado que estaba el lugar de encuentro, así que, a eso de las nueve y media de la mañana, y tras una muy cutre exposición, por mi parte, de los objetivos del día, comenzamos la caminata.

Comienza el día con energía

El día comenzó algo desapacible, con viento frío y el cielo nublado, pero como las previsiones apuntaban a que iría mejorando, comenzamos con ánimo. Todavía en el pueblo, nos vimos envueltos en la algarabía de gorriones comunes, aviones, golondrinas, palomas torcaces y estorninos.

Salimos del pueblo por el camino del cementerio, en dirección a La Solana, y entre los últimos restos del robledal que da nombre al pueblo comenzamos a ver los primeros invitados de honor: carbonero común, petirrojo, colirrojo tizón, la primera curruca (una mosquitera) o el primer escribano (un soteño), mientras sobre nuestras cabezas comenzaban a ciclear los buitres leonados.

Abajo, en el soto que oculta el arroyo de Robledondo, con mucha dificultad se conseguía ver otro tipo de avifauna: la fugaz oropéndola, una pareja de no menos fugaces perdices rojas, levantadas involuntariamente por nuestro grupo y alguna que otra tarabilla, luciendo espectacular sus colores nupciales, junto a los primeros alcaudones comunes, mientras el cuco comenzaba a repetir su monótona cantinela y las águilas calzadas hacían su aparición estelar.

De repente, y sin previo aviso, sobrevolando el valle y a la altura de nuestras cabezas, nos sobrepasó sin inmutarse un soberbio buitre negro, que acudía probablemente a alguna carroñada, ya que fue acompañado casi inmediatamente por un buen número de buitres leonados. ¡Qué visión! Desprevenidos y todo pudimos disfrutar a placer de la belleza de este impresionante animal.

Dejando atrás definitivamente los últimos restos de arbolado, nos internamos en terreno abierto, dominado en primera instancia por pastos ganaderos que iban cediendo el protagonismo al piornal según aumentábamos la altura y se reducía el uso ganadero del suelo. Comenzaba a aumentar la abundancia de aves típicas de matorral, y así conseguimos ver las primeras currucas carrasqueñas y tomilleras, una buena cantidad de tarabillas comunes, pardillos, cogujadas montesinas, collalbas rubias y alondras comunes. No dejábamos tampoco de mirar al suelo, donde a cada trecho nos encontrábamos con hermosos ejemplares de orugas de lepidóptero que no  lográbamos identificar.


Disfrutando de la caminata

Restos de un pasado ganadero

Iniciándonos en la entomología

Nos llamó también la atención un pequeño saltamontes, que a primera vista parecía un trozo de madera lleno de líquenes. Casi sin abdomen, aventuramos que quizás fuese un estado larvario. Aquí os lo dejo, por si queréis intentar identificarlo.


Curioso saltamontes

Cerca ya de la Cuerda del Ortigal decidimos tomarnos un respiro. Hicimos un alto en el camino junto a una pequeña manada de caballos que nos deleitaron con su hermosa figura y los galopes de los potros. El día, al contrario de lo que aseguraban las predicciones, fue cubriéndose por momentos y el viento fresco anunciaba unaa más que previsible lluvia que, afortunadamente, no llegó. Desde el roquedo donde descansábamos pudimos ver un más que apreciable paso de estorninos negros, un bandito de palomas domésticas, un cernícalo vulgar que buscaba su alimento, una pareja de chovas piquirrojas y, para los más afortunados, un gavilán que pasó fugazmente mientras nos preparábamos para la foto grupal.


Como en el salvaje oeste

Bonito paisaje

Una pausa para reponer fuerzas

Estupendo grupo

Repuestas la fuerzas, y con la preocupación por el empeoramiento del tiempo, nos dirigimos hacia el abrevadero que se encuentra en el camino que baja al Monte del Pinarejo, para rellenar las cantimploras y, en un guiño al buen hacer de Gonzalo, buscar algún anfibio. A partir de ahí, y con casi todos los objetivos cumplidos, emprendimos el camino de regreso. Desde el camino del pinar, en el bosque que le da nombre, pudimos oír los pinzones vulgares, carboneros garrapinos y agateadores comunes tan típicos de este entorno. y en otro tipo de entorno, concretamente debajo de una gran piedra levantada por Gonzalo, la gran sorpresa del día: un par de sapos corredores dormitaban junto a un grillo.


Sorpresa anfibia

La bajada hacia el pueblo, hecha casi toda campo a través, fuera de la pista que lleva a la carretera y atravesando fincas ganaderas, nos dejó ver alguna otra especie que se nos había escapado: jilguero común, triguero y ratonero común pusieron broche de oro a la jornada, así como una buena cantidad de polillas tigre, que dieron colorido a la parte final de la ruta.


A falta de fotos de aves...

Y así, alrededor de las dos de la tarde, dimos por finalizada la jornada, con la sensación de haber conseguido la mayoría de los objetivos propuestos.


lunes, 15 de mayo de 2017

Día de las aves migratorias con el CEA La Pedriza

El pasado domingo 7 de mayo, a petición del CEA la Pedriza, colaboramos en una salida abierta para celebrar el día Mundial de las Aves Migratorias.


Finalmente fuimos 3 personas del grupo Local, Carlos López, Benjamín Berdiales y Raúl Meléndez. En total hubo, si no recuerdo mal, 15 inscritos más 3 integrantes del CEA.

La idea inicial era hacer una ruta de unas 3 horas (de 10 a 13h) que saliera desde Collado Mediano en ascensión a la zona del Cerro del Telégrafo (Cabeza Mediana), ladera opuesta a la ladera de Matarrubia de Moralzarzal, que conocíamos mucho mejor.



Aunque la ruta tenía intención de girar en torno a las aves migratorias, la zona no era muy apropiada para ello, pero temíamos que iba a ser un buen filón de rapaces de muchas especies, sobre todo en la zona cercana a la cumbre del Collado. Ahora entenderéis por qué.



Inicialmente dimos una pequeña introducción de las aves que previsiblemente veríamos en la excursión, así como los aspectos más relevantes de la migración. Los integrantes del CEA entregaron algunas guías y prismáticos y sin mucho tardar iniciamos la excursión.



Se trata de una zona bastante seca, donde predomina el pinar de media montaña, con bastante afloramiento granítico y alguna pradería influida por ser una zona ganadera vacuna. Enebros, pequeñas encinas y abundante matorral mediterráneo terminaban de esculpir paisaje.



Pronto iniciamos la observación de los pequeños y medianos pájaros: Verdecillos, Pinzones, Curruca Cabecinegra, Zorzal Charlo, Alcaudón Común y Paloma Torcaz. Entre las rapaces, de inmediato, mucho Milano Real y varios buitres (negros y leonados) sobrevolando.


El siempre espectacular buitre negro
A continuación vendría lo realmente interesante: Rapaces por doquier. Plantamos telescopios en zona ganadera con vistas a pinar. En seguida, 2 ratoneros haciendo sus típicos círculos aprovechando térmicas, Milano Real entrando al nido en un alto y verde fresno en el vallado de la propia finca. Varias águilas calzadas, incluso alguna con su bonita fase oscura también se entretenían con vuelos nupciales. Con los prismáticos, entre ratoneros, calzadas y milanos pude diferenciar a una rapaz, que a primera vista, aparentaba ser mucho más grande.

Con el telescopio ya en mano confirmaba la silueta de una preciosa Águila Culebrera, quien portaba en el pico, una culebra mediana. Haciéndole seguimiento pudimos observar que se posó en un pequeño pino. Uno por uno, los asistentes a la excursión alucinaron con la belleza de la rapaz. De pronto, nos dimos cuenta que en una de las ramas del mismo pino, estaba su pareja, y de repente vimos algo espectacular: El macho hace entrega de la culebra a la hembra. Bonito y jugoso regalo para las tardías nupcias de esta especie.
A continuación, un bonito macho de azor solo divisado por unos pocos se mete como una flecha en el propio pinar.

Continuamos el camino con tan entrañable imagen aún en nuestras retinas con muchos comentarios al respecto y el alucine de los asistentes. Más pequeños pájaros que no habíamos visto antes: incluida una curruca carrasqueña y varios rabilargos. También reclamaban, sin llegar a verlos, Mosquitero Papialbo y Reyezuelos.



Subimos una Buena rampa hasta coronar la primera de las laderas y que serviría de un primer mirador. Zona muy querenciada por nuestra Hermosa Águila Imperial. Efectivamente, volando entre más Buitres, más calzadas, y más milanos, una gran silueta oscura, que a vista de prismáticos y telescopios dejaba ver sus representativos hombros blancos. Preciosa. Nos deleitó planeando en las Corrientes térmicas unos 5 minutos hasta que la perdimos de vista.



La siguiente, obligada parada y zona para terminar la ruta era una zona rocosa, conformada por varios bolones graníticos y que servía de un segundo mirador. Zona ya muy conocida por nosotros y que da vistas a prácticamente toda la sierra del Guadarrama. No solo a nivel paisaje, sino por ser división de varias laderas colindantes y lugar de paso y caza de muchas de las rapaces.

Vista hacia la Sierra de Hoyo

Cerro de Cabeza Mediana

Vistas de Collado Villalba

Sabíamos, además, que era posadero de Búho Real y aprovechamos para enseñar a los asistentes algunas egagrópilas de éste. Incluso disgregamos alguna de ellas, donde se pudieron observar los huesos y restos de su principal presa: el conejo. Hubo pocas egagrópilas para repartir, pero el CEA se llevó alguna para algún taller posterior. También pudimos ver restos de plumón en sus posaderos habituales. 




Disfrutando de las vistas

En esta zona estuvimos una hora. La gente alucinó con la exagerada cantidad de rapaces que sobrevolaron nuestras propias cabezas: más milanos, más calzadas, más buitre negro y leonado, y un nuevo invitado: un precioso abejero europeo que fue el punto "exótico" y buena cita de rapaz migratoria.
Carroñada cerca, pudimos ver bastantes cornejas, urracas y milanos, querenciados al valle de la ladera. Lo confirmamos en seguida con el picado vertical de multitud de buitres hacia la misma zona. Otra imagen preciosa que muchas veces ocurre en nuestros montes.

La gente especialmente alucinó con varias peleas y vuelos nupciales de milanos reales y negros. Todo visto como en el cine. Sentados en un alto y con unas vistas impresionantes.

Milano real

También, un águila imperial con un conejo en sus garras era perseguida encima de nuestras propias cabezas por una pareja de cuervos, incesantes éstos en su intento por que soltara la presa. Son habituales cleptoparásitos de las rapaces, sin muchas veces pensar que ellos mismos pueden servir de almuerzo a alguna de ellas. 



Abrumados ante tanto rapacerío, dimos por concluida la salida. La bajada fue más relajante pues sirvió para comentar, entre disfrute de los asistentes, todo lo que habíamos visto. Al llegar de Nuevo al punto de partida, pudimos saber por los comentarios que se hicieron que la gente quedó encantada, incluidos los integrantes del CEA.

Sin más, nos despedíamos hasta una nueva jornada, donde seguramente el CEA nos pedirá colaboración. Nosotros, como siempre, encantados ante la implicación y los agradecimientos de los asistentes.

Crónica por Raúl Meléndez.

domingo, 7 de mayo de 2017

Día mundial de las aves migratorias

Hola a todos.

Con motivo del día mundial de las aves migratorias, que se celebra el próximo 10 de mayo, desde SEO - Sierra de Guadarrama hemos organizado una ruta por los alrededores del pueblo de Robledondo, donde podremos aprender algo más sobre estas incansables viajeras.

Os esperamos a todos.


sábado, 6 de mayo de 2017

Crónica de la salida de anfibios

Con fecha 29 de abril de 2017, y dentro de las actividades del grupo SEO SIERRA DE GUADARRAMA en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de El Escorial, realizamos una salida herpetológica a ver anfibios a distintas lagunas y charcas temporales de los términos municipales de El Escorial y Colmenarejo.

Se quedó a las 20:30h, en la entrada del centro Cañada Real en Peralejo, lugar adecuado para juntarnos todo el grupo, hacer una introducción de la actividad, comentar la problemática de los anfibios, y establecer las normas para una actividad de disfrute compatible con la adecuada protección de las especies y los espacios (ambos muy vulnerables). Acudimos veintitrés personas, que resulta un número idóneo para realizar la mencionada actividad.

Aunque el día estuvo muy lluvioso, la mujer del tiempo auguraba el fin de las lluvias para cerca de las 20 horas; y el pronóstico, por una vez, se cumplió. Esto, junto con una muy agradable temperatura, hizo muy cómoda la salida, sin perjuicio de que la temporada de anfibios, tras un mes de abril muy cálido, estaba ya bastante pasada.

Así, a eso de las 21 horas, acudimos a echar un vistazo a la única laguna pública del complejo lagunar de “El Castrejón”, humedal catalogado de la Comunidad de Madrid.


Laguna de El Castrejón

La laguna estaba muy llena, con Fochas y Zampullines chicos cantando por doquier. Las orillas estaban repletas de Ranas comunes (Pelophylax perezi), que hicieron las delicias de los más pequeños, mientras que en la zona sumergida, y al estar muy crecida la vegetación subacuática, era complicado el muestreo. Finalmente encontramos una hembra de Tritón pigmeo (Triturus pygmaeus), que pudimos disfrutar a placer.

Prueba de agudeza visual: encontrar la rana común

Hembra de tritón pigmeo

Tras una hora en el Castrejón, y tras desinfectarnos con VIRKON tanto los zapatos como el material, partimos sin pérdida de tiempo, a eso de las 22 horas hacía la "charca de Los Escoriales" en el cercano municipio de Colmenarejo.

En "Los Escoriales", vimos: bastante Tritón pigmeo, pudiendo distinguir las diferencias entre machos y hembras; un par de Gallipatos (Pleurodeles waltl), en los que se destaca su tamaño y el método defensivo de proyectar sus costillas hacia el exterior, algunas Ranas comunes, y un ejemplar de Culebra viperina (Natrix maura) de unos 30 centímetros.

Un precioso ejemplar de gallipato

Con esa buena cosecha, una maravillosa compañía, y la gente más o menos contenta, cada mochuelo regresó a su olivo, tras desinfectar de nuevo y guardar todo el material.

martes, 25 de abril de 2017

Actividad de observación de anfibios

Hola a todos.

La salida programada para este sábado está completa, por lo que no admitiremos más reservas.

Muchas gracias a todos por vuestro interés y por la estupenda aceptación que ha tenido esta actividad.


domingo, 23 de abril de 2017

Observación de anfibios en El Escorial y Colmenarejo

Hola a todos.

Como no sólo de aves vive SEO - Sierra de Guadarrama, hoy os proponemos una salida nocturna para buscar, ver e identificar algunos de los anfibios más comunes que viven en nuestra Sierra. La actividad se realizará el próximo sábado, 29 de abril, entre las nueve y las once de la noche, aproximadamente.

Os recordamos que, como siempre, la actividad es gratuita, pero que, al disponer de plazas limitadas, es necesaria la inscripción previa por correo a seo-sierradeguadarrama@seo.org.


Esperamos veros por allí.


jueves, 16 de marzo de 2017

Observación de esteparias. Día del socio 2017

Hola a todos.

El pasado domingo, día 12, celebramos el día del socio con una salida a la zona de los Llanos del Jarama. La idea, como en otras ocasiones que hemos hecho esta salida, era intentar ver las aves esteparias que se suelen ver por la zona, y, especialmente, las avutardas y sisones.

A la excursión se apuntaron quince personas, once adultos y cuatro niños. Por parte del grupo estuvimos Gonzalo y yo. Comenzamos la visita en la gasolinera de Valdetorres del Jarama, donde dejamos los coches. Eran las nueve y media de la mañana, y el día se presentaba fresco y ligeramente ventoso. Parecía que, a diferencia de otros años, íbamos a tener algo de suerte con la reverberación producida por el calor. Ya en la misma gasolinera pudimos contemplar las primeras aves de la jornada: gorriones comunes, las primeras golondrinas y aviones que veía en Madrid, y las omnipresentes cigüeñas, que andaban acarreando material para el nido que construían en lo alto de la torre de telefonía.


Cigüeña blanca aportando material al nido. Foto: Óscar mercado
Esta vez no tuvimos que andar mucho para poder encontrarnos con nuestro primer objetivo. Calculo que habríamos andado unos doscientos metros cuando divisamos el primer bando de avutardas. Un grupo de unas veinte hembras a la derecha del camino, y un poco más alejado otro grupo, esta vez mixto, con un par de machos que ya comenzaban a mostrar comportamiento de cortejo. Un aguilucho lagunero, algún ratonero y un milano real completaban la escena, a la que se unió fugazmente un sisón al que sólo conseguimos ver la cabeza durante unos segundos. Contra lo que suponíamos, el calor comenzaba a apretar, y la reverberación del aire cada vez hacía más difícil la observación con los telescopios.

Continuamos camino por la pista. La verdad es que después del avistamiento de las avutardas, ya poco nos quedaba por ver, pero decidimos completar la ruta prevista. Por el camino, en medio de campos de cereal recién brotados y otros aparentemente en barbecho, nos fuimos encontrando con gran abundancia de vida: varios milanos y ratoneros, tarabillas, buitrones, una perdiz roja...

Campos de cereal. Foto: Gonzalo Núñez

Foto: Gonzalo Núñez
Foto: Benjamín Berdiales
Llegando a las ruinas que marcaban el final de nuestra ruta, tuvimos la suerte de ver un par de sisones en vuelo, pasando muy cerca de nosotros. Pero el gran espectáculo nos lo dio un cernícalo vulgar (o un par de ellos, no estaba muy claro), que nos deleitó con un par de lances de caza espectaculares. Dos intentos, dos capturas: cien por cien de efectividad.

No fue menos inesperado, de todas formas, un alcaraván que, levantado de su escondite, fue a posarse sobre un sembrado, con lo que resaltaba enormemente y pudo ser contemplado a placer.

Alcaraván. Foto: Óscar Mercado
Una vez en las ruinas, nos tomamos un merecido descanso, pero seguimos con los ojos bien abiertos. Así pudimos ver unas cuantas grajillas, un precioso buitre negro, y un par de avefrías. Sorprendidos en un primer momento por la presencia de estos visitantes invernales, pero luego, revisando mis notas de otros años, comprobé que son habituales del lugar. En este punto se despidieron Gonzalo y familia, que tenían otras obligaciones, y los demás, con calma, emprendimos el regreso.

Durante este recorrido, en resumen, pudimos ver cigüeña blanca, buitre negro, aguilucho lagunero occidental, milano real, busardo ratonero, avutarda común, sisón común, alcaraván común, avefría europea, paloma bravía, paloma torcaz, cernícalo vulgar, grajilla occidental, corneja negra, cogujada común, golondrina común, avión común, cistícola buitrón, colirrojo tizón, tarabilla común, mirlo común, escribano triguero, verderón y jilguero europeo. El sentimiento generalizado era de asombro ante la cantidad de especies distintas en un paisaje que, a simple vista estaba desierto.

Al regresar a los coches, José Luis y Elena se despidieron. Los demás nos dirigimos a Talamanca del Jarama, para comer en su chopera. El momento de relajación nos vino muy bien, y allí, en un ambiente muy agradable, dimos buena cuenta de nuestras viandas, con un ojo puesto en el cielo, pues negros nubarrones comenzaban a cubrirlo, y la posibilidad de lluvia era indudable, poniendo en peligro la segunda parte de la jornada. Finalmente, tras un reconfortante café, decidimos probar suerte en Fresno de Torote, ya sin la compañía de Beatriz y su familia, que, con un par de niños ya habían cumplido.

No se me olvida que en la chopera pudimos ver a una pareja de pinzones comunes y oímos un pito real.

El grupo restante nos dirigimos, en una tarde ya bastante desapacible, hacia Fresno de Torote. Por el camino pudimos observar, volando por los campos cercanos a la carretera, un aguilucho pálido y otro cenizo. Buen premio.

Ya en el pueblo, no tuvimos que esperar nada para ver los cernícalos primilla. Según llegamos había dos volando cerca de la iglesia, y a éstos se les sumaron pronto otros cuatro. El fuerte viento hacía que no pudiésemos disfrutar de su particular forma de vuelo, pero cada vez que se posaban en la torre de la iglesia nos permitían observarlos a placer.

Cernícalo primilla junto a su nido. Foto: Benjamín Berdiales.
Cernícalo primilla. Foto: Óscar Mercado.
Luchando contra el viento. Foto: Óscar Mercado.
En vista de que el tiempo no era el más adecuado para hacer una ruta por los campos cercanos decidimos dar una vuelta por la fresneda que bordea el río a la espalda del pueblo. Allí pudimos ver cigüeña blanca, milano real, milano negro, busardo ratonero, paloma bravía, cernícalo primilla, grajilla occidental, herrerillo común y estornino negro.

Y tras este paseo, a eso de las cinco y media de la tarde, dimos por terminada la salida.

Un gran día, con muy buena gente.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Observación de rapaces nocturnas en El Escorial y Colmenarejo

Con fecha 25 de febrero de 2017, nos juntamos unos cuantos aguerridos miembros de Seo Sierra de Guadarrama (JAL y Ana, Nacho e hijos, Ramón, Fede y un servidor) con catorce participantes, para realizar la salida a rapaces nocturnas que habíamos planeado con el Ayuntamiento de El Escorial. Aunque fallaron bastantes personas, el tiempo acompañaba, por lo que tras esperar un tiempo prudencial nos pusimos en camino.

A eso de las 16:30 ya estábamos en las Dehesas de la Herrería, y sin prisa pero sin pausa comenzamos a caminar por su vertiente oeste la maravillosa dehesa de Fresnos y Melojos que allí se encuentra. Cada poco rato, íbamos parando y escrutábamos los añosos árboles con telescopios y prismáticos, a la búsqueda del gnomo del bosque.


Al principio, y como consecuencia de que esa zona es la más transitada, no vimos nuestro objetivo, aunque otros pajarillos con la primavera en ciernes, amenizaron el camino. Así, Carboneros comunes, Herrerillos comunes, Trepadores azules, Agateadores comunes, Pinzones, etc. Animaban con sus cantos y vuelos a la animosa comitiva.

Tras media hora de caminata, y al encontrarnos en la parte más sureste de la dehesa, junto a otra finca con ganado en extensivo, saltó la liebre. De un árbol, surgió repentino un Mochuelo, volando raudo a la horquilla de un Melojo. Inmediatamente, y de muy cerca, salió otro, seguramente su pareja, que voló más lejano.

Durante un largo rato pudimos disfrutar del precioso ejemplar a placer, explicando sus características, observando sus tremendos ojos, e incluso pudiendo ver la falsa cara que muestra su cabeza en la zona de la nuca.

Con el deber cumplido, a eso de las 17:20, comenzamos el regreso a los coches entre Zorzales comunes, Palomas torcaces y otras aves, ya que nos tocaba la segunda parte de esta aventura.

Aparcamos en Galapagar, y emprendimos un precioso paseo por el Parque Regional de Curso Medio del Río Guadarrama, a la búsqueda de un buen emplazamiento pare ver al Gran Duque. Estupendo monte mediterráneo de Encinas, Enebros y Pinos piñoneros, junto con unos berruecos excepcionales; hábitat idóneo para el Búho real.



Nos colocamos en una ladera, y empezamos a esperar. Mirlos, Rabilargos lejanos y alguna Curruca, se dejaban oír, mientras la tarde iba cayendo hacia el oeste bañando los enormes berrocales con una suave luz anaranjada. Cuando ya perdíamos la esperanza, a eso de las 19:20, voló en la lejanía, posándose en un bolo a gran distancia. Aun así, había aun luz para verlo al telescopio, y todos pudimos disfrutar del precioso animal en dos emplazamientos distintos.


Entrada ya la noche, volvimos a los coches con la sensación del deber cumplido, y la sonrisa en la cara de una estupenda jornada.

Repetiremos.

Crónica de Gonzalo Núñez