Coordinador Ángel Pérez Menchero. email: seo-sierradeguadarrama@seo.org Secretario Benjamín Berdiales Fraga.

martes, 29 de marzo de 2016

DÍA DEL SOCIO SEO BirdLife 2016, Llanos del Jarama y Patones

Avutarda común en vuelo (Otis tarda)       Foto de Santiago del Pozuelo

Con motivo de la celebración del día del socio de SEO/BirdLife, el grupo local SEO Sierra de Guadarrama organizó para el día domingo 13/03/2016 una salida orientada a socios y simpatizantes de la Organización, que discurría  a primera hora por la campiña madrileña en el entorno de Valdetorres de Jarama, y que proseguiría por la tarde por los cortados de Patones.

El punto de encuentro fue la gasolinera de Valdetorres de Jarama, donde poco a poco fueron llegando los participantes, todos con ilusión y ganas de pasar un buen día de campo. En total, entre participantes externos e internos del grupo, sumábamos más de treinta personas, con lo que el nivel de convocatoria fue más que satisfactorio.

Del grupo SEO Sierra de Guadarrama asistimos: Luis, Gonzalo (con Hugo y Ximo, sus hijos), Esteban, Raúl, Michel, Santiago, José Ángel,  Lucas, Benja y un servidor.




Conejeras      Foto de Luis Cabrejas

La mañana comenzó fresca, con 3ºC de temperatura, y una brisa de norte que animaba a abrigarse para el paseo. A lo largo de la mañana, la temperatura ascendió a unos muy agradables 15ºC. Todo el día imperó el sol, y en líneas generales, el tiempo fue muy idóneo para localizar a las aves. Lo único que complicó la localización e identificación de los animales fue la reverberación del aire húmedo y cálido de la superficie, y las eventuales observaciones  a contraluz de las primeras horas de la mañana.



Foto de Luis Cabrejas

Sobre las 09,45 h dimos el pistoletazo de salida, y comenzamos a caminar hacia la campiña. Las primeras observaciones de aves fueron las cigüeñas que ocupaban los nidos localizados en dos torres de comunicaciones adyacentes a la gasolinera; gorriones comunes y morunos que pululaban por las instalaciones; golondrinas comunes y dos colirrojos tizones. Junto a una de las antenas, encontramos una cigüeña muerta, con evidencias de una contusión en el pico, que estaba fracturado en un punto. Lucas apuntó que el cadáver debía llevar ya un tiempo ahí, porque localizó en la cavidad de uno de los ojos las puestas de moscas, listas para proseguir el proceso de descomposición del cuerpo. Se dio aviso a los forestales que pasaron por la tarde a recogerla.

Foto de Santiago del Pozuelo

Nada más salir de la gasolinera, pudimos localizar una abubilla en vuelo, una totovía cantando, y varias cogujadas comunes correteando por el camino. Estas últimas no nos abandonaron en toda la mañana.
En la lontananza, y con los inconvenientes de la reverberación y la contraluz indicados anteriormente, algunos integrantes de la comitiva localizaron las primeras avutardas de la mañana; y posado en un árbol caducifolio desnudo de hojas, y también lejano, el primer ratonero común del día.



Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)   Foto Santiago del Pozuelo


Con estas observaciones, muchos de los presentes mostraron con regocijo su alegría, ya que para algunos eran los primeros avistamientos de dichas especies. Nosotros nos alegramos con ellos, porque siempre es grato poder compartir con otras personas la inmensa alegría de ver o escuchar por primera vez alguna especie.


Milano real (Milvus milvus)     Foto de Santiago del Pozuelo


Durante las primeras horas se produjeron algunos avistamientos con cierta incertidumbre respecto de la especie en observación. En todos los casos se trataba de aves lejanas y en condiciones malas de visibilidad por las razonas indicadas anteriormente. Que recuerde, hubo discrepancias respecto de unas rapaces con vuelo de cicleo, entre ratonero común y aguilucho pálido. 
Algunos observadores pudieron ver el diseño del plumaje de al menos uno de los ejemplares, que parecía concordar con el del ratonero; otros no pudimos ver esos caracteres con claridad, pero basados en la silueta y las proporciones de alas, cuerpo y cola, pensábamos que se trataba de aguiluchos pálidos. 




Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)    Foto de Santiago del Pozuelo

Ciertamente el comportamiento de las aves no era el más habitual del adoptado por aguiluchos pálidos en estas fechas; el diseño de uno de ellos parecía cuadrar más con el de un ratonero; y las proporciones generales no parecían cuadrar demasiado con ratonero común, en especial la longitud de la cola y la esbeltez relativa de las alas, que mostraban un ligero ensanchamiento en la zona de las secundarias, pero aún así mostraban esbeltez general. 
Creo que hay algunas fotos de las aves que nos dieron lugar a dudas; lo que es seguro es que la calidad de las mismas no creo que sea óptima para la identificación, dada la lejanía de las aves y las condiciones adversas de luz. 

Otro avistamiento que causó algunas dudas al principio fue el de una lejana cigüeña blanca posada en el suelo. El ave estaba a contraluz y con el cuello plegado, dándonos la espalda. Pero esta a ve se pudo identificar con total seguridad con sólo observarla con mayor detenimiento.

Poco después, cruzando un extenso campo de cultivo de cereal, una hembra de aguilucho pálido volaba a ras de suelo, con vuelo batido, enfilando para el norte. Creo recordar que se posó un poco más adelante, y algunos pudieron verla así.

Palomas torcaces, alondras, cernícalos vulgares, milanos reales, aguiluchos pálidos, aguiluchos laguneros,  buitres leonados y negros, y diferentes avecillas (currucas, verdecillos, jilgueros, buitrones, etc) fueron poco a poco saliendo a nuestro encuentro. Pudimos disfrutar de sus vuelos, reclamos y comportamientos. Personalmente me gustó ver con qué interés miraban yu escuchaban todos y cada uno de los integrantes del grupo. Hasta el retoño de Gonzalo, con nueve meses de vida, parecía estar disfrutando de lo lindo con la experiencia, porque en ningún momento dio signos de incomodidad. No lloró ni refunfuñó en toda la mañana.



Avutarda común en vuelo (Otis tarda)       Foto de Santiago del Pozuelo


A media mañana pudimos ver un bando bastante numeroso de avutardas sobrevolar el cielo azul, posarse en un barbecho para volver a volar. Las vimos a placer, en especial cuando giraron y se pusieron a favor de luz. Todos pudimos disfrutar del bello colorido de estas impresionantes aves. Otro apunte hecho por varios fue la abundancia de machos en los grupos vistos. La proporción de los mismos era claramente superior al de hembras. 

En esa zona, cercana a las ruinas a las que nos dirigíamos, localizamos un bando de avefrías. Nuevamente, cuando enfocamos con los telescopios a las aves más cercanas, los participantes pudieron disfrutar de los colores metálicos de estas aves, así como del vuelo bamboleante y la silueta peculiar de las mismas en vuelo. Entre las avefrías había también estorninos. En concreto, no pude identificar los que vi junto a las avefrías; pero los que pude ver en condiciones de identificación resultaron ser todos estorninos negros.

Creo recordar que algunas personas vieron lo que podían ser chorlitos dorados entre las avefrías, pero no estoy seguro que se confirmaran los avistamientos.

 


 El zorzal común (Turdus philomelos)   Foto de Santiago del Pozuelo


Otras aves que identificamos fueron zorzales comunes, zorzales charlos, mirlos comunes, currucas cabecinegras, grajillas, y creo recordar que algunos pudieron observar un primilla.

Alcanzamos el alto donde concluiría el avance en la incursión. En ese punto, lo más destacable fue el avistamiento de varios corzos (a lo largo del día contabilicé diez ejemplares distintos, de los cuales ocho los vimos en ese punto), y un lance más que curioso ente un buitre negro y dos aguiluchos laguneros. 





Corzo (Capreolus capreolus)    Foto de Luis Cabrejas

Al observar las evoluciones en vuelo de un buitre negro, vimos con claridad que tenía intención de posar sobre un erial cercano. Todos pudieron ver cómo los buitres negros levantan la cola en vertical para ir perdiendo altura. 
Ya con eso nos dábamos por satisfechos, pero cuando el buitre tomó tierra, vimos cómo una hembra de aguilucho lagunero, que portaba una presa entre las garras, salía despavorida del mismo lugar. Acto seguido, el buitre comenzó a perseguir al ave con saña. En un momento dado, vimos bajar a la hembra de lagunero con la presa sujeta (que podía tratarse de una rata o un gazapo, según lo visto por algunos), e inmediatamente remontar el vuelo, pero en esta ocasión, sin la presa. El buitre tomó tierra, y estuvo unos minutos ahí. Lamentablemente para nosotros, se posó en un lugar fuera del campo de visión.
Al rato apareció un macho adulto de lagunero, que junto a la hembra parecía que aunaban fuerzas para achuchar al buitre, el cual, pasado unos minutos, despegó de nuevo para no volver. 
Los aguiluchos estuvieron todavía otro rato entrando y saliendo del sitio donde dejaron la presa. Aparte, unas urracas se unieron a la función, posiblemente siguiendo las evoluciones del buitre, para inspeccionar qué había en ese lugar tan concurrido… Creo recordar que un milano también se acercó para ver, pero este se marchó pronto.

Ciertamente este comportamiento no lo teníamos visto muchos de los presentes. Un buitre negro comportándose como cleptoparásito. Para más señas, el individuo tenía ya el plumón de la cabeza tirando a claro, pero el plumaje del resto del cuerpo tenía predominio del negro brillante; no tan apagado como el de un ejemplar adulto. Creo que se trataba de un subadulto.


Nunca pueden faltar los rastros que nos dejan los habitantes del campo.

Excrementos de Perdiz roja.     Foto de Santiago del Pozuelo

Egagrópilas de Cernicalo Vulgar               Foto de Santiago del Pozuelo

Letrinas de conejo             Foto de Luis Cabrejas

La lista de especies de aves que pude ver y/o escuchar en Valdetorres es la que sigue:

Chorlitejo chico, Gorrión moruno,Perdiz común, Cigüeña común, Tarabilla común Alondra común
Cogujada común, Estornino negro, Avefría, Urraca, Avutarda, Mirlo común, Azulón, Zorzal charlo
Zorzal común, Gorrión común, Triguero, Paloma torcaz, Paloma doméstica, Tórtola turca, Abubilla, Ratonero común, Bisbita común, Lavandera blanca, Cernícalo  vulgar, Aguilucho pálido, Milano real, Gaviota sombría, Pinzón, Curruca cabecinegra, Mosquitero común, Aguilucho lagunero, Buitre negro, Buitre leonado, Jilguero, Grajilla, Mito, Milano negro, Verderón, Colirrojo tizón, Verdecillo, Pardillo, Primilla, Herrerillo común, Chorlito dorado ? Ganga ?
De mamíferos, localizamos:  Corzo, Conejo.


Después de una mas que agradable mañana de pajareo tocaba un descanso en la chopera de Talamanca del Jarama donde recuperamos fuerzas.


Foto de Benjamin Berdiales


Tras el refrigerio, dirigimos nuestros pasos hacia Patones, con el objetivo de ver a la siempre esquiva collalba negra. Dejamos el coche en el aparcamiento y comenzamos la ascensión por el impresionante cortado que asciende entre los pliegues calizos. 


Foto de Luis Cabrejas



Foto de Benjamin Berdiales


Nada más comenzar la subida, se nos presentó el primer roquero solitario. Serían una constante durante todo el camino, haciendo guardia desde las repisas de piedra. En las oquedades del terreno se agrupaban un buen número de palomas bravías (ahora entiendo por qué en inglés se llaman rock dove), y, aunque lo buscamos, no conseguimos encontrar ningún halcón que seguramente rondaría el terreno.
 
Roquero solitario  (Monticola solitarius)     Foto de Santiago del Pozuelo

Foto de Luis Cabrejas
Según íbamos ascendiendo, nos salieron al paso currucas cabecinegras, aviones roqueros, gorriones chillones, petirrojos, herrerillos, carboneros... todo un lujo en un paisaje espectacular, acompañado por la floración de los almendros.

Curruca cabecinegra   (Sylvia melanocephala)   Foto de Benjamin Berdiales

Finalmente, ya llegados al pueblo, en los roquedos que lo coronan... ¡bingo! La primera collalba negra. Creo que llegamos a ver una pareja, aunque no estoy seguro. De todas formas, por esta vez, me doy por satisfecho.


collalba negra (Oenanthe leucura)    Foto de Santiago del Pozuelo


Salimos a las afueras, y allí organizamos una espera, para ver si lográbamos ver más a placer las collalbas.


Foto de Benjamin Berdiales


No hubo suerte esta vez, pero nos amenizaron la espera los incansables colirrojos y las tarabillas, entre otros. Finalmente, ya con el sol en descenso, decidimos emprender el regreso. La bajada por el sendero fue igual de entretenida que la subida, con la visita de un murciélago en problemas. 

Foto de Santiago del Pozuelo

Macho de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)   Foto de Luis Cabrejas

Hembra de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)   Foto de Luis Cabrejas

avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)    Foto de Santiago del Pozuelo

Nido de avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)   Foto de Luis Cabrejas

Ya en la llanura, se puso a tiro una bonita curruca cabecinegra, y la guinda del pastel: un pajizo de águila imperial, que nos sobrevoló durante un momento, antes de perderse en la lejanía.


águila imperial ibérica (Aquila adalberti)  pajizo,   foto de Luis Cabrejas.



No faltaron a la cita las primeras mariposas de la incipiente primavera, la Saltaacercas y la Ortiguera.


Mariposa Olmera (Nymphalis polychloros)     Foto de Luis Cabrejas

Mariposa Saltacercas  ( Lasiommata megera)         Foto de Luis Cabrejas

Y ahora sí, más que satisfechos con la jornada vivida, regresamos a casa. 

Foto de Luis Cabrejas

Si no me fallaron las cuentas, las especies vistas en Patones fueron las siguientes:

Buitre leonado, Águila imperial ibérica, Paloma bravía, Totovía, Golondrina común, Herrerillo común,Carbonero común, Mosquitero común, Curruca cabecinegra, Petirrojo europeo, Colirrojo tizón, Roquero solitario, Tarabilla europea, Collalba negra, Mirlo común, Verderón común, Pardillo común, Verdecillo,Avión roquero, Curruca capirotada y Verderón.

Solo queda agradecer a todos los participantes su asistencia y esperamos que pasaran un Día del Socio muy agradable, nosotros desde luego lo pasamos.

Nos vemos en la proxima.

Nathan, Benjamin y Luis


domingo, 27 de marzo de 2016

ANFIBIOS LAGUNAS DE CASTREJÓN EL ESCORIAL.



Con fecha 11 y 12 de marzo de 2016, y dentro de las actividades del grupo en colaboración con el Ayuntamiento de El Escorial, realizamos dos salidas herpetológicas a ver anfibios a distintas lagunas y charcas temporales de los términos municipales de El Escorial, Galapagar y Colmenarejo.

Se quedó a las 19h, en la entrada del centro Cañada Real en Peralejo, lugar adecuado para juntarnos todo el grupo, hacer una introducción de la actividad, comentar la problemática de los anfibios, y establecer las normas para una actividad de disfrute compatible con la adecuada protección de las especies y los espacios (ambos muy vulnerables). Cada uno de los días acudieron unas quince personas externas, y del grupo, el viernes: José Antonio, Lucas, Nacho y familia, Roberto, y el que suscribe; y el sábado, Luis, José Ángel, Santiago y familia, y el que suscribe. Creo que no me dejo a nadie!!!!!



Aunque las predicciones meteorológicas  auguraban subidas de temperaturas diurnas y nocturnas para esos días, las diurnas fueron subiendo hasta doce o trece grados, pero las nocturnas se mantuvieron muy frías, cayendo a plomo tras la puesta de sol, lo que requería realizar la salida en las primeras horas tras el anochecer, ya que para las 22 horas, la temperatura caía a cerca de los dos o tres grados centígrados.


Así, a eso de las 19:25, acudimos a echar un vistazo a la única laguna pública del complejo lagunar de “El Castrejón”, humedal catalogado de la Comunidad de Madrid. Como consecuencia de estar cerca de la alta sierra (las Machotas brindan un marco incomparable a las lagunas), la laguna se encontraba muy fría tanto el viernes como el sábado, y no vimos nada herpetológico que reseñar. Eso sí, comprobamos el uso de las pequeñas láminas de agua y sus eneales como dormidero de paseriformes, y el viernes nos salió una Agachadiza común.



A la vista de no observar especie alguna, y tras desinfectarnos con VIRKON tanto los zapatos como el material, partimos sin pérdida de tiempo, a eso de las 19:50 hacía la “Charca Cuesta Blanca” en Galapagar. A eso de las 20:20, comenzamos a andar por la vía pecuaria "Cañada de las Merinas" del término municipal de Galapagar. Tras llegar a la laguna, se empiezan a ver y oír (en este caso tenuemente y más el sábado que el viernes) algún sapo. Se encuentran en la laguna a pesar de los más o menos ocho grados, Sapos corredores (Bufo calamita) en número escaso de entre diez y veinte ejemplares. Además, localizamos ambos días un macho de Sapo común (Bufo spinosus), distinto eso si el de un día con el del otro, y dos adultos el sábado, y tres el domingo, de Gallipato (Pleurodeles waltt). También nos salieron, como luego en Los Escoriales una parejita de Azulones.


Tras ver un rato los ejemplares, explicar las diferencias, ver el veneno de los bufos y, tomar fotos, etc..., desandamos el camino, nos volvemos a desinfectar, y tomamos los coches con destino a la "charca de Los Escoriales" en el cercano municipio de Colmenarejo.


En "Los Escoriales", vemos: bastante Tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) ambos días, en los que podemos distinguir las diferencias entre machos y hembras; al menos un Gallipato el sábado y seis el domingo, en los que se destaca su tamaño y el método defensivo de proyectar sus costillas hacia el exterior, y un ejemplar de Sapo corredor.


Aunque estuvimos buscando Sapos de espuelas (Pelobates cultripes) y Rana común (Pelophylax perezi), estos no se dejaron ver, como la ranita de San Antonio (Hyla molleri) en el Castrejón.


Con esa buena cosecha para el frio reinante (4 especies de anfibios), una maravillosa compañía, y la gente contenta, cada mochuelo regresó a su Olivo. Como colofón, y mientras recogía el viernes, dos jabalíes cruzaron frente a mi, camino a la laguna.....

Gonzalo.Nuñez

ALTA DENSIDAD DE RAPACES NIDIFICANTES EN LAS DEHESAS DE EL ESCORIAL (SIERRA DE GUADARRAMA)


INTRODUCCIÓN
Los ambientes forestales húmedos y subhúmedos del entorno de la sierra de Guadarrama han sido tradicionalmente considerados ricos en rapaces forestales, pero todavía son pocos
los estudios en profundidad al respecto (Veiga 1982; Roviralta 2007; Palomino y Valls 2011). Por otro lado, se trata de ambientes muy demandados para la expansión urbana y por el ciudadano en busca de ocio, por lo que están sujetos a importantes presiones que condicionan su integridad a largo plazo.
El presente estudio se centra en las dehesas de El Escorial, territorio que además ha sido identificado como una de las zonas de la Comunidad de Madrid con mayor biodiversidad y
valor natural (García et al. 2008) y del que el autor contaba con buena información previa (datos propios).

El objetivo de este estudio es conocer la población de rapaces forestales nidificantes presentes en el área y realizar una determinación de su densidad, así como una primera aproximación a la evolución en el tiempo, con el fin de obtener información útil para una gestión del territorio que permita la conservación de su integridad

MATERIAL Y MÉTODOS
Área de estudio
El ámbito de estudio tiene una extensión de 1.538 ha y se localiza en la rampa de la sierra de Guadarrama en la Comunidad de Madrid (figura 1). Es una zona de suaves pendientes, que desde los 830 m s.n.m. va ganando altura según se progresa hacia la sierra, hasta alcanzar los 939 m s.n.m.
Se trata de un territorio eminentemente forestal, dominado por un encinar carpetano (Junipero-Quercetum rotundifoliae Rivas-Martínez 1964), principalmente formado por encinas (Quercus ilex) y salpicado con enebros (Juniperus oxycedrus), quejigos (Quercus faginea) y piruétanos (Pyrus bourgaeana). En las zonas próximas a la montaña, según aumenta la pluviosidad hasta los 700-800 mm/año (Izco 1984), el encinar es sustituido por un melojar guadarrámico (Luzulo forsteri-Querceto pyrenaicae), dominado por melojo (Quercus pyrenaica) y acompañado de arces de Montpellier (Acer monspessulanum).
 En todo el ámbito son frecuentes los suelos profundos con hidromorfia estacional, en donde se desarrolla la fresneda (Querco-Fraxinetum angustifoliae Rivas Goday 1964), con mayor extensión en la proximidad de la montaña y, por tanto, en los terrenos ocupados por el melojar (foto 1).

La ocupación forestal del territorio no es homogénea y se encuentra enriquecida por un mosaico de pequeños ambientes que dan una gran diversidad al conjunto, como prados de siega,
berrocales, arroyos estacionales, charcas y humedales, algunos de los cuales permanecen anegados durante todo el año.
La zona, que se extiende entre las cuadrículas UTM VK09 y VK19, está rodeada por diversas infraestructuras de transporte, núcleos urbanos y zonas embalsadas.
El principal uso del territorio es la ganadería de vacuno de carne, con un régimen extensivo que generalmente precisa de aportes suplementarios, lo que con frecuencia implica el desmoche de fresnos. 
De octubre a enero se aprovecha la caza menor, fundamentalmente conejo y paloma torcaz, aunque de forma poco intensiva excepto en un pequeño sector muy concreto.
Es importante destacar el uso recreativo que se hace de la zona, pues es atravesada por 4,4 km de vías pecuarias que los fines de semana son frecuentadas por paseantes y ciclistas, pero su actividad se limita al tránsito por las mismas. En el interior de las fincas el uso recreativo se circunscribe a paseos a pie o en quad muy ocasionales, generalmente en el entorno de las casas, por lo que gozan de una gran tranquilidad.



RESUMEN
Se ha estudiado la población de rapaces reproductoras en las dehesas de El Escorial
(sierra de Guadarrama)  durante el periodo 2007-2010 y los resultados se comparan con censos de la misma zona realizados en la década de los 90 del siglo pasado. Los resultados revelan la existencia de una alta densidad de rapaces nidificantes que,
en términos relativos, es una de las más densas registradas en Europa, con un
total de 266 parejas/100 km2
. Destaca la densidad de busardo ratonero (70,9-96,7 parejas/100 km2),
aguililla calzada (77,4-83,8 parejas/100 km2) y milano negro (77,4 parejas/100 km2).
También se constata la extinción del milano  real en donde a mediados de la década de los 90 era muy abundante y la posible expansión del abejero europeo hacia territorios más llanos desde la sierra. Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de las dehesas del piedemonte de la sierra de Guadarrama, en particular las del entorno de El Escorial, para la conservación de la naturaleza


Figura 1. Zona de estudio. En gris oscuro se representan las zonas urbanizadas y las 
carreteras y en gris claro los ríos y embalses. La zona punteada, unas 7.000 ha, representa
un paisaje parecido al de la zona de estudio, en donde se estima una densidad de rapaces
similar. La zona estudiada es una parte de la zona punteada


Todo el territorio está clasificado como monte preservado, régimen especial amparado por la Ley 16/1995 forestal y de protección de la naturaleza de Madrid (B.O.C.M. 1995). Por su importancia ornitológica forma parte del Área Importante para las Aves (IBA) n.º 070 “El Escorial-San Martín de Valdeiglesias”.


Método de censo
El censo tuvo lugar entre abril de 2007 y septiembre de 2010. La principal técnica de muestreo ha consistido en batir a pie el  territorio anualmente, entre febrero y finales julio, con alguna incursión puntual en agosto y septiembre, con la ayuda de un GPS. Entre febrero y abril este método fue reforzado con la observación desde cuatro oteaderos que cubrían la totalidad del territorio, tal como se describe en Viñuela et al. (1999), prospectándose posteriormente a pie las zonas marcadas por las aves como sospechosas de albergar un nido activo.
Este método ha permitido identificar los territorios de reproducción de las diferentes especies y encontrar la mayoría de los nidos. Durante el periodo reproductor se visitaron desde el suelo todas las plataformas hasta poder asegurar si estaban  ocupadas, o no, y a qué especie pertenecían, lo que generalmente implicaba una media de 2,5 visitas por plataforma. Se consideró que un nido estaba ocupado cuando se comprobaba la presencia de adultos incubando, pollos en el nido o se veía jóvenes volanderos o adultos en actitud defensiva en el entorno inmediato de un nido activo, es decir con aportes de ramas frescas, restos de presas y deyecciones.
 En ocasiones no se pudo encontrar el nido, pero se estimó la presencia de una pareja por los comportamientos descritos en la metodología propuesta por Viñuela et al. (1999). En la primera temporada del estudio, 2007, solo se pudieron censar 610 ha, cubriéndose la totalidad del territorio a partir de 2008.

Fotografía 1. Paisaje representativo de la zona de estudio, en donde se alterna el encinar con el melojar y la fresneda


Para evaluar tendencias, los resultados se han comparado con datos de censos realizados por el autor en la misma zona en 1994 y 1996. Para comparar la densidad de rapaces nidificantes con la de otras regiones se ha recurrido a censos publicados y se ha utilizado como unidad de magnitud 100 km2 , superficie superior al área de estudio pero que es la unidad más empleada para este tipo de comparaciones (Sergio et al. 2002; Pina 2009).


RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Busardo ratonero (Buteo buteo)
En 2010 se comprobó la existencia de 11 nidos ocupados y se estimó la presencia de 4 parejas más cuyos nidos no pudieron encontrarse. Con estos datos la densidad de busardo ratonero es de las más altas registradas hasta la fecha en España (tabla 1;
Palomino y Valls 2011) y en Europa, solo superada por las 118 parejas/km2 registrada en los Países Bajos (Sergio et al. 2002).
Durante el periodo de estudio (tabla 2), y en comparación con los datos de 1994 y 1996 (datos propios), la población se ha mantenido estable con pocas oscilaciones.
A diferencia de otras zonas de la sierra de Guadarrama, en donde la especie parece evitar el encinar (Roviralta 2007), el 76,7% de los 30 nidos utilizados en la zona de estudio se encontraba en Quercus ilex, el 13,3% sobre Quercus pyrenaica y el 10% en Fraxinus angustifolia.

Aguililla calzada (Hieraaetus pennatus)
En 2010 iniciaron la reproducción 12 parejas y se sospechó de la existencia de otra pareja más cuyo nido no pudo encontrarse, lo que supone una de las mayores densidades registrada hasta la fecha para la especie (tabla 1). 
El aguililla calzada se encuentra en clara expansión en la zona, en  donde ha pasado de 2 parejas nidificantes en 1994 (datos propios) a 12 en 2010. Este incremento no ha sido lineal, pues algunos años se han observado bruscos incrementos, como por ejemplo entre 2009 y 2010, cuando aumentó en un 40% (tabla 2). En este sentido parece seguir el aumento poblacional observado en gran parte de la península Ibérica (Román Muñoz y Blas García en Martí y Del Moral 2003; Bosh en Estrada et al. 2004; Cruz en Equipa Atlas 2008; Casado 2009; Palomino y Valls 2011).
Los estudios publicados resaltan que las máximas densidades de la especie en Madrid tienen lugar en pinares, con máximos en los pinares maduros de la Sierra (Díaz et al. 2006; Roviralta 2007). Nuestros resultados indican que en las dehesas de fresno y encina también puede alcanzar altas densidades.Aunque es una especie que tiende a utilizar el mismo nido en años sucesivos (Cramp 1980), algunas parejas utilizaron nidos alternativos sin que se haya asociado a molestias humanas. De esta manera, durante el periodo de estudio las aguilillas calzadas han utilizado 18 nidos diferentes: 77% en Quercus ilex, 11% en Populus alba, y 5,5% en Quercus pyrenaica y en Acer monspessulanum respectivamente.




Milano negro (Milvus migrans)
En 2010 iniciaron la reproducción 12 parejas, lo que implica una densidad de 77,4 territorios/100 km 2 , una de las mayores registradas  hasta la fecha en España (tablas 1 y 2). Se trata de una especie que ha aumentado constantemente desde 1994, cuando se censaron en la zona tres parejas (datos propios). Al igual que con el aguililla calzada.

Al igual que con el aguililla calzada se han constatado bruscos incrementos poblacionales, como de el 33% registrado entre 2009 y 2010 (tabla 2).
A diferencia de lo observado en Italia, donde el milano negro usurpa un importante porcentaje de nidos al busardo ratonero cada año (Sergio et al. 2002), en El Escorial tienden a reutilizar el nido de años anteriores o construyen uno nuevo. De hecho, entre 2007 y 2010 los milanos negros utilizaron 18 plataformas diferentes y ninguna fue arrebatada a otras especies.
Los nidos tienden a distribuirse de forma contagiosa en dos núcleos próximos a zonas húmedas de diversa consideración y solo tres se encuentran dispersos por el bosque, como
corresponde a una especie semicolonial. El 50% se encontraba sobre Quercus ilex, el 27% sobre Quercus pyrenaica, el 16% sobre Fraxinus angustifolia y el 5,5% sobre Populus alba, mientras que en otros estudios la especie parece decantarse por las fresnedas (Roviralta 2007).

Abejero europeo (Pernis apivorus)
En 2009 se instala por primera vez una pareja en la zona, para lo que aprovecha un nido en un rebollo que desde 2007 había estado ocupado por milano negro y consigue sacar adelante un pollo. En 2010 una pareja ocupa de nuevo el mismo nido e inicia la incubación, pero en la cuarta semana de junio la hembra es encontrada muerta bajo el nido sin causa aparente, con lo que fracasa la reproducción.
Es importante reseñar que a pesar de la gran cantidad de días de observación invertidos en la zona y de que el nido se encuentra en una de las zonas que han sido más frecuentadas, nunca se le ha visto en vuelo fuera del área del nido. Esto sugiere que se desplazan directamente a las zonas de alimentación, probablemente situadas a mayor altitud en los pinares de laderas de la Sierra, lo que también ha sido reseñado por otros autores para el piedemonte de la sierra de Guadarrama (Roviralta 2007) Es una especie muy retraída, que ocupa el territorio en mayo y lo abandona en la primera o segunda semana de septiembre. La mejor época para detectarlo es en mayo, durante el celo, y en la segunda mitad de agosto, cuando los grupos familiares hacen vuelos frecuentes de instrucción con los jóvenes del año.
Tabla 2. Parejas nidificantes obtenidas en las dehesas de El Escorial. La primera cifra indica

el número de parejas confirmadas y en la segunda se añaden las parejas estimadas


Desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado se conoce su reproducción en la misma cuadrícula del área de estudio, pero siempre vinculado a la montaña, más concretamente al entorno de La Herrería y laderas del monte Abantos, en donde se estimó una población de cuatro parejas en 2003 (Roviralta y Pontón 2003)


Gavilán común (Accipiter nisus)
Las reiteradas observaciones de la especie sobre un sector muy concreto del área de estudio durante el periodo reproductor hacen sospechar de la existencia de, al menos, una pareja. Sin embargo, no ha podido ser localizada, lo que en parte puede deberse a la densa cobertura forestal en esta zona. La presencia de la especie en este sector se conoce desde 1994.

Otras rapaces forestales
A principios de la década de los 90 del siglo XX el milano real (Milvus milvus) era una especie abundante en la zona y en 1994 en el territorio cubierto por nuestro estudio se censaron ocho parejas reproductoras (datos propios). En el censo de 2004 la especie era ya muy escasa en la comarca, y tan solo se pudo sospechar de la presencia de una pareja en el ámbito de estudio (Iberis 2005). Durante el presente censo no ha nidificado y continúa siendo muy escasa en el entorno. No obstante, entre 2008 y 2010 se ha observado un aumento en el número de observaciones durante el periodo reproductor, lo que sugiere una cierta recuperación de la especie en la comarca, en línea con lo observado por otros autores (Roviralta 2007)
El cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) es escaso en estas dehesas. Una pareja nidifica en las afueras del ámbito de estudio.
El azor común (Accipiter gentilis) es visto con relativa frecuencia, pero no nidifica en la zona de estudio. Tampoco se detectó en el censo de 1994, aunque sí en fincas próximas. Su escasez está en consonancia con los datos aportados por Roviralta (2007) para zonas cercanas a la nuestra, con unas 2 parejas/100 km2 , densidad muy parecida a las 2-4 parejas/100 km2  estimada por nosotros en 1994 para la comarca. La ausencia de pinares y de grandes sotos puede ser la causa de su escasez (Alcobendas 2009).
Otras especies forestales que no nidifican en la zona ni en el entorno inmediato, pero que la utilizan en sus prospecciones en busca de alimento son el águila imperial ibérica (Aquila adalberti), la culebrera europea (Circaetus gallicus) y muy ocasionalmente el alcotán europeo (Falco subbuteo).  


Potenciales problemas de conservación durante el periodo de estudio
Caza. Es la única actividad de la que tenemos evidencias que genera molestias a las aves cuando se realiza de forma abusiva.
Es la situación de un coto gestionado por una sociedad de cazadores. En 1996 dentro del coto nidificaron tres parejas de milano negro, una de milano real, una de busardo ratonero
y una de aguililla calzada. Después de varios años de actividad cinegética, en 2007 solo nidificaban dos parejas de milano negro, que en 2009 se vieron reducidas a una que además fracasó, pues uno de los adultos fue encontrado muerto de un tiro en el nido el 23 de mayo. El cadáver fue retirado por un agente forestal siguiendo el protocolo Antídoto para su análisis
Veneno. A mediados de los 90 en la zona de estudio se encontraron varios cadáveres de milano negro, uno de los cuales fue analizado en el Laboratorio Forense de Vida Silvestre, revelando la muerte por ingestión de carbofuranos (J. C. Álvarez y A. Pérez com. pers.). La fecha coincide con la rápida rarefacción del milano real como reproductor en la zona (Viñuela et al. 1999; obs Madroño et al. 2004). Durante el censo no se han encontrado casos de envenenamiento

Tendidos eléctricos. Todos los tendidos eléctricos que atraviesan la zona han sido periódicamente prospectados sin que se hayan encontrado rapaces muertas.
Construcción de infraestructuras. Durante el invierno de 2007-2008 la construcción de un gasoducto atravesó 2,1 km del ámbito de estudio, para lo que fue necesario eliminar la vegetación de una franja de unos 7 m, que destruyó un nido de milano negro y afectó a dos nidos de busardo ratonero, aunque ninguno de ellos estaba ocupado.
Otras molestias humanas. Las fincas son atravesadas por una vía pecuaria frecuentada por paseantes y ciclistas, y esporádicamente algunas personas entran dentro de las fincas para recoger espárragos, observar aves e incluso pescar, pero en ningún caso se han evidenciado molestias a las aves.
Tampoco se han detectado molestias por parte del personal de las fincas. La única actividad que tal vez pudiera incidir de forma puntual sobre alguna pareja es el uso de quad, pero no se han encontrado evidencias al respecto. No obstante, esta situación podría cambiar rápidamente con los nuevos desarrollos urbanos previstos en El Escorial al este de la M-505, hacía las Cañadillas.
Plagas. En julio de 2008 una plaga de un lepidóptero, la lagarta peluda (Lymantria dispar), defolió por completo dos manchas de Quercus ilex y Q. pyrenaica que sumaban 26,9 ha. Los árboles,
en donde se encontraban dos nidos de busardo ratonero que no habían estado en uso ese año, resultaron completamente defoliados, recuperándose al año siguiente.

CONCLUSIONES
Los resultados del censo indican que las dehesas de El Escorial albergan una de las comunidades de rapaces forestales más densas de Europa, con 266 parejas nidificantes/100 km2 , y densidades muy elevadas de busardo ratonero, aguililla calzada y milano negro (tabla 2)
 La densidad de rapaces forestales en El Escorial es muy superior a la obtenida por Roviralta (2007) en el entorno de Alpedrete, Moralzarzal y Los Molinos (tabla 1). Posiblemente, esto sea
debido a que en El Escorial la cobertura forestal es más densa y está mejor conservada. En este sentido hay que reseñar que el ámbito de estudio queda dentro de los terrenos que fueron
protegidos por la cerca de piedra mandada construir por Felipe II con el fin de proteger el entorno del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en la segunda mitad del S.
XVI (Sánchez Meco y Rosado Ferrández 2007).
En 1869 estos bosques pasaron a manos de la propiedad privada durante un proceso desamortizador, y aunque se fragmentó la propiedad, ésta quedó mayoritariamente en forma de grandes heredades (Sánchez Meco y Rosado Ferrández 2007), lo que ha facilitado la conservación del paisaje y del arbolado hasta nuestros días.

Durante el periodo del que se tienen datos se han observado importantes cambios en la comunidad de rapaces. Ha desaparecido el milano real, es posible que como consecuencia del uso de veneno durante la década de los 90 del siglo pasado, y ha habido un espectacular aumento de la población de aguililla calzada y milano negro, con mayor intensidad en los últimos años. También parece detectarse una cierta expansión del abejero europeo desde las zonas de sierra hacia terrenos forestales de la llanura, aunque habría que profundizar sobre ello. Estas tendencias son similares a las observadas para el conjunto del país en el mismo periodo de tiempo (Palomino y Valls 2011).
La densidad de esta población de rapaces trasciende del ámbito de estudio y nuestras observaciones sugieren que se mantiene en términos similares sobre un total de 7.000 ha de paisaje muy similar entre los términos municipales de El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Valdemorillo y Zarzalejo, toda ella incluida en el Área Importante para las
Aves n.º 070 (figura 1).
Varios son los factores que facilitan la existencia de esta población de rapaces. En primer lugar, la historia ya comentada del territorio. En segundo lugar, las características propias de los melojares y fresnedas, hábitats que parecen 95.


DENSIDAD DE RAPACES NIDIFICANTES EN EL ESCORIAL
favorecer la presencia de estas especies (Palomino y Carrascal 2007; Roviralta 2007), posiblemente por la abundancia de micromamíferos (Alcántara 1992) y aves (Potti 1986). En tercer lugar, la existencia de un mosaico de pequeños hábitats que aportan una gran diversidad a la zona y que son consecuencia del mantenimiento de la actividad ganadera en estas fincas. Un factor relacionado con los anteriores es la existencia de buenas densidades de conejo, especie importante en la dieta de la mayoría de las especies estudiadas. Un último factor de importancia es el gran tamaño de las fincas y las restricciones al libre acceso a las mismas, lo que dota al territorio de una gran tranquilidad aun estando rodeado de un ambiente cada vez más humanizado.
Los principales problemas de conservación son la pérdida de hábitats como consecuencia del abandono de la actividad ganadera y la paulatina proliferación urbana. Este último factor es muy significativo en la zona de estudio, en donde el territorio está cada vez más fraccionado por la proliferación de urbanizaciones inconexas (figura 1), que además de destruir los ecosistemas y el paisaje favorecen las molestias a la fauna y el abandono de la ganadería.


Recomendaciones para la conservación
Para la conservación de la integridad a largo plazo de estas dehesas es necesario:
• Detener la desaparición del hábitat natural, sobre todo por la expansión de las zonas urbanas e infraestructuras hacia el interior de las dehesas y zonas forestales.
• Mantener la ganadería extensiva mejorando su rentabilidad para los ganaderos. Para ello sería necesario hacer uso de instrumentos de mercado, como potenciar el consumo de carne de la IGO “Carne de la sierra de Guadarrama” en los restaurantes y comercios de la zona.
• Evitar las podas de encina y trasmochado de fresnos sobre grandes extensiones. Es necesario dejar algunos pies sin podar por hectárea, tal como se ha sugerido para otras especies (Viñuela y Sunyer en Viñuela et al. 1999)
• Aumentar la vigilancia de los cotos de caza con el n de evitar acciones ilegales y adaptar la presión cinegética a las características de los mismos.
• Evitar el tránsito incontrolado de personas en el interior de las fincas. Para ello sería necesario hacer efectiva la prohibición del tránsito de vehículos a motor por las vías pecuarias y el vallado perimetral de los nuevos desarrollos urbanos en las zonas de contacto con las fincas privadas

AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a las siguientes personas y, en especial, a la Sociedad de Ciencias Naturales de la Sierra de Guadarrama su participación en los censos: Juan Carlos Álvarez, Luis Javier Bernárdez, Jesús Calle, Cristina Delgado, María José Herrero, Juan La Cruz, Ramón Lacruz, José A. López, Óscar Llama, Lola Manteiga, Gonzalo Núñez-Lagos, Javier Ortega, Roberto de la Peña, Ángel Pérez, Ismael Pérez, Carlos Sánchez, Ana Sunyer Manteiga, Carlos Sunyer Manteiga y Juan Carlos Ulecia.
También agradecer a José González Granados la identificación de Lymantria dispar y a David Palomino e Ignacio Santiago García Dios la cuidada revisión del manuscrito





CARLOS SUNYER