El pasado día 21 de
diciembre de 2019, un grupo de trece aguerridos valientes quedamos en el área
recreativa del embalse de Valmayor, junto a la urbanización Los Arroyos, con la
idea de pasar la mañana caminado por la orilla oeste del embalse, mientras
disfrutábamos de las aves y otras delicias que nos fueran apareciendo.
A eso de las 9:15 horas
ya caminábamos desde el puente del Tercio, bajo una mañana que amenazaba
lluvia, comenzando a observar al poco de salir, y en los pequeños
encharcamientos que el bajo nivel del embalse había ido dejando, algunas
anátidas.
Buenos grupos de Ánades
reales y Patos cuchara se alimentaban en las lagunas someras junto a la orilla,
y entre ellos, observamos un macho de Pato mandarín, que aunque de origen
incierto, se lleva viendo entre este embalse y el cercano de Los Arroyos, al
menos tres inviernos.
Poco más adelante,
algunos Porrones moñudos, junto a escasos Somormujos lavancos, nadaban en las
zonas más profundas; y junto a ellos, en una lengua de tierra que se introducía
en el embalse, buenos grupos de Gaviotas sombrías, algunas Gaviotas reidoras, y
Cormoranes grandes.
De esta manera, fuimos caminando,
entre bandos de fringílidos (Pinzones, Verdecillos, Pardillos comunes y algún
Verderón común) en sus típicos bandos mixtos del periodo invernal. Junto a la
orilla, varios Andarríos chicos, Lavanderas blancas y Bisbitas comunes, buscaban
pitanza a nuestros pies, haciendo que el caminar fuera mucho más ameno.
Así, llegamos a la
orilla noroeste, justo en la zona donde el río Aulencia desemboca en el
embalse. Grupos de Fochas comunes, y algún lavanco, nos dieron la bienvenida,
mientras que en el cercano encinar con piñoneros, los Gorriones molineros,
Trepadores azules, y páridos en general, nos hacían las delicias de vista y de
oído.
Desde allí, una tranquila
vuelta, recogiendo basura por parte de todos los miembros del grupo, nos llevó
junto a los coches, en un mediodía donde finalmente se había impuesto el sol.
Estupenda jornada, con
la retina llena de buenos ratos y deliciosa gente, y con la pequeña alegría
interior, de haber colaborado en mejorar el entorno de un lugar tan especial.