El sábado 10/05/2014 estuvimos por parte de Seo Sierra de Guadarrama, Luis Cabrejas, Esteban Durán y un servidor participando en una "Caminata ornitológica" organizada por la sociedad Arboleda, de Cobeña. Por parte de la Asociación, y ligados también a la actividad de las cajas nido estuvieron Daniel, Vanina, Miguel Ángel, Quique, Rut, César, Elena y Marta.
En total asistieron 15 niñas y niños del municipio, que, aparte de la caminata, construyeron cada uno previamente una caja nido. Tuvieron ocasión de observar lo que ocurrirá con las mismas después de ser utilizadas, porque Esteban y Luis trajeron varias cajas nido que habían sido ocupadas, y enseñaron a los niños los diferentes tipos de nido encontrados, y la relación que guardaban dichas diferencias con las especies que habían hecho uso de la caja.
El tiempo acompañó; hizo un día soleado, tal vez un poco caluroso, pero agradable en general. Y a eso de las 12:15 salimos para el soto.
La caminata discurrió a la vera del Valle; pequeño curso de agua que desagua el agua drenada por las pequeñas lomas y tesos existentes al noroeste pueblo; y que desemboca en el Jarama a pocos quilómetros de Cobeña, al Oeste.
El agua da para que crezca junto al arroyo un soto fluvial compuesto principalmente por chopos y sauces, con soto de zarzas y espinos.
Todo ello se encuentra enclavado en la llanura cerealista del Jarama; de suelos ricos, arcillosos, óptimos para la cría del trigo, pero ocupados circunstancialmente más por cebada (en la zona visitada) que por trigo (tal ves por el relativo alto precio de que gozó la cebada estas últimas temporadas).
Antes de comenzar la caminata, procedimos al reparto de prismáticos entre los chavales. Para muchos fue la primera experiencia con estos aparatos ópticos, y durante toda la jornada estuvieron muy felices de ver a las aves de cerca utilizándolos.
Pues bien, nada más entrar al soto, los ruiseñores nos dieron la bienvenida con su característico canto. Había un gran número de individuos frenéticos en el celo. tanto es así, que pudimos ver por lo menos a dos individuos perfectamente.
Previamente, en el pueblo, pudimos disfrutar de los aviones comunes llevando ceba para los pollos que tenían en sus nidos. Aprendieron a diferenciar el avión común de la golondrina común y del vencejo común. Otros habitantes urbanos que vimos fuero la tórtola turca, la paloma torcaz y los gorriones comunes.
En la lontananza, escrutando de cerca el terreno labrado y sembrado, el primer milano negro de la jornada hizo aparición. Poco después, otro ejemplar bajaría del cielo a la tierra, no sabemos bien si para capturar una presa o para ahuyentar a un intruso.
El soto en primavera es un hervidero de cantos y reclamos. Durante toda la jornada estuvimos acompañados por los estorninos negros, que hacen uso de los huecos de los árboles para llevar a cabo sus tareas de crianza; los verderones, verdecillos, carboneros y herrerillos comunes, mirlos, oropéndolas, jilgueros y agateadores estuvieron erre que erre con sus cantos y reclamos; bulliciosos todos; bendito bullicio!!
Algunas palomas domésticas nos pasaron en vuelo; y los primeros buitres del día, dos negros que sobrevolaron el arroyo hacia el sur. Poco después divisamos la silueta del buitre leonado. Los niños pudieron comparar ambas especies, porque hubieron momentos en los que estaban volando juntos. Un bando de 5 cigüeñas estuvo sobrevolando la zona durante toda la jornada.
Varias especies curiosas se dejaron ver u oir durante el paseo. Apuntados tengo al pájaro moscón, zarcero común (vimos claramente a dos, a corta distancia), pardillo común (bañándose junto a unos gorriones), lavandera blanca buscando insectos por las charcas del arroyo, cernícalo vulgar (un macho adulto cicleando por los campos de cereal), un aguilucho que vimos fugazmente a contraluz, pero que no pudimos identificar; un águila calzada remontando de un barbecho; una pareja de roropéndolas en vuelo persecutor; un pico picapinos entrando y saliendo de su nido cavado en el tronco de un sauce (lo detectó Miguel Ángel Diana, de la asociación arboleda, y fue muy didáctico para los niños); y una curruca rabilarga.
Otras aves que creímos escuchar fueron la curruca capirotada y el ruiseñor bastardo.
Fuera del periplo de las aves, pudimos contemplar a placer a varios conejos; vimos a una corza echada en el borde de un trigal (se le veían las orejas, nada más), y varias ranas comunes.
Había chavales con madera; preguntaban sobre todo tipo de cuestiones; nos informaban de otras aves que habían visto en el soto en otras incursiones que ellos habían hecho; y mostraban un sano interés por todo lo relacionado con la Naturaleza.
Sobre las 14:00 llegamos de vuelta al pueblo.
La chiquillería lo pasó muy bien, y a buen seguro, están a la espera del sábado que viene.
El saldo final:
- Chavales contentos
- Asociación feliz por el éxito de la actividad
- 27 especies de aves detectadas
- 2 especies de mamífero avistados
- 1 anfibio
De vuelta vimos un alcaudón común y varios cernícalos primilla.
Desde la Asociación Arboleda nos agradecen mucho la ayuda que les hemos prestado.
Hasta la próxima.
Nathan