El Proyecto Nidos es un campaña organizada por el Ayuntamiento de El Escorial en la que colaboramos, junto con la Sociedad de Ciencias Naturales de la Sierra de Guadarrama, para dar a conocer y proteger las golondrinas, aviones y vencejos en nuestro municipio.
A pesar de la situación actual, el sábado 06/03/21 conseguimos organizar nuestra tradicional salida de rapaces nocturnas. Por supuesto, respetando todos los protocolos de seguridad.
Nos reunimos un total de 20 personas, entre participantes y miembros del grupo local de SEO Sierra de Guadarrama, y nos repartimos en dos grupos de 10.
Poco después de las cuatro de la tarde ya estábamos buscando a los mochuelos por la fresneda próxima al monasterio de El Escorial.
En la Grecia antigua el mochuelo europeo era el animal sagrado de la diosa Atenea y el símbolo de la ciudad de Atenas. Su nombre científico Athene noctua proviene de ahí.
Es una de las 8 especies de rapaces nocturnas (orden Strigiformes) que anidan en España.
El mochuelo se caracteriza por una cabeza voluminosa sin penachos, unos ojos grandes amarillos, un plumaje mimético pardo grisáceo y un reclamo parecido al maullido de un gato.
Estas eran las características que andábamos buscando todos por la dehesa de fresnos donde esta rapaz suele ser abundante. Al final un grupo logró verlo pero el otro nos quedamos con las ganas.
No obstante, tuvimos la suerte de ver y oír otras especies como cornejas, grajillas, trepadores, carboneros, herrerillos y este precioso colirrojo tizón.
A las cinco y media nos dirigimos todos hacia Galapagar en busca del búho real. Allí recorrimos la antigua calzada romana que nos llevó a la zona de avistamiento.
Según fue oscureciendo pudimos ver al búho posado sobre un berrueco, como se puede apreciar en esta foto testimonial.
El nombre científico del búho real es Bubo bubo y proviene de su nombre latín būbo. Se sospecha que este nombre es la onomatopeya del ululato del animal. El búho emite un buhuu profundo y grave que puede oírse hasta a 4 km de distancia.
Precisamente en nuestra espera tuvimos la suerte de oír cantar a dos ejemplares. Ya casi a oscuras uno de los búhos se volvió a posar y pudimos disfrutar de él unos instantes antes de irnos.
Tras estas interesantes observaciones nos dirigimos a los coches donde nos despedimos. Nos fuimos todos muy contentos por haber pasado una agradable velada en tan buena compañía.
