Coordinador Ángel Pérez Menchero. email: seo-sierradeguadarrama@seo.org Secretario Benjamín Berdiales Fraga.

jueves, 10 de febrero de 2022

CRÓNICA SALIDA A VALMAYOR 5 DE FEBRERO DE 2022

El pasado día 5 de febrero de 2022, un resuelto grupo de pajareros, entre miembros del grupo local y externos, quedamos en el área recreativa del embalse de Valmayor, junto a la urbanización Los Arroyos, con la idea de pasar la mañana caminando por la orilla oeste del embalse, mientras disfrutábamos de las aves, festejando asimismo, el día de los humedales.
Antes de empezar a andar, y mientras esperábamos a los más rezagados, montamos los telescopios, comenzando a tener buenas observaciones. Así, entre los primeros patos cucharas, ánades frisos y azulones, observamos tres especies de aves acuáticas que se han incorporado a nuestra fauna en fechas cercanas de la mano del hombre. Cuatro tarros canelos, dos gansos del Nilo y un precioso ejemplar de cisne, se alimentaban en diversas orillas del pantano.
A eso de las 9:15 horas ya caminábamos por el puente del Tercio, bajo una fría mañana que barruntaba que se iba a quedar un día espectacular, comenzando a observar, al poco de salir y en las pequeñas isletas que el embalse había ido dejando, algunas especies acuáticas. Gaviotas reidoras y sombrías, cormoranes grandes secándose al Sol, y somormujos lavancos, se movían por la plácida masa de agua. Alrededor, distintos páridos, lavanderas y bisbitas, amenizaban las orillas.
Poco más adelante, y antes de tomar el desvío hacia una de las colas del embalse, primero un zampullín cuellinegro, e inmediatamente, un buen bando de fringílidos formado principalmente por jilgueros, pardillos, pinzones comunes y verdecillos, más algunos gorriones molineros y abubillas, entretenían las orillas entre los fresnos y quejigos todavía sin hojas. Además, para el ojo avezado, las numerosas cagarrutas de gamo indicaban que usan esas zonas, con hierba incipiente, para pastar por las noches.
De esta forma, llegamos a la orilla noroeste, justo en la zona donde el río Aulencia desemboca en el embalse. Andarríos chicos, cercetas comunes, y de nuevo azulones, frisos y cucharas, nos dieron la bienvenida. Poco después, una pareja de tarros blancos apareció en la distancia, alegrando al personal.
Desde allí, una tranquila vuelta, recogiendo basura por parte de todos los miembros del grupo, nos llevó junto a los coches, en un mediodía donde finalmente se había impuesto el sol.
Estupenda jornada pajarera, con la retina llena de buenos ratos y deliciosa gente, y con la pequeña alegría interior, de haber colaborado en mejorar el entorno de un lugar tan especial. Repetiremos!!!!!

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