El lunes, 8 de diciembre, aprovechando
la fiesta y el relativo buen tiempo, Luis Alcaraz, Jesús Ramírez, Raúl, Antonio Caballero,
Eva, Leyre, Laura y el que esto escribe decidimos acercarnos a la
Laguna del Oso. La idea era disfrutar con las invernantes que allí
se reúnen (sobre lodo los ánsares) y con las grullas que todavía
quedasen en paso, y, a ser posible, tratar de localizar los ánsares
caretos que ya se habían dejado ver por allí en días pasados.
El día ya prometía según nos
acercábamos por la carretera: muchos ratoneros posados en los postes
y algún milano real que comenzaba a dar sus primeros vuelos. Pero
cerca ya del pueblo del Oso divisamos posado sobre una loma la
primera sorpresa de la mañana: un buitre negro nos observaba desde
la lejanía. Casi sin darnos tiempo a asimilarlo, otro bombazo: un
pajizo de imperial nos sobrevoló, exhibiéndose para que pudiésemos
contemplarlo a placer, mostrándonos la captura que llevaba en sus
garras. Finalmente, un ratonero de pecho sorprendentemente blanco nos
dio paso desde lo alto de una señal de tráfico.
Ya en el pueblo, cafetito reparador y
comentarios animados: el día había comenzado bien y continuaba con
buenas perspectivas. De camino al observatorio, un grupo de avefrías
picoteaba en los prados, al lado del camino, pero levantaron el vuelo
cuando paramos el coche para contemplarlas mejor; llegados allí,
el inconfundible graznido de los ánsares nos indicaba que la laguna
iba a estar animada.
Desde el observatorio se confirmó la
animación: varios cientos de ánsares comunes ocupaban buena parte
de la lámina de agua y pastaban por los prados cercanos. Les
acompañaban una buena cantidad de ánades azulones y cercetas
comunes, a los que, poco a poco, pudimos ir añadiendo algunas otras
especies: silbones, rabudos, cucharas… una cigüeña común y una
garza real cubrían la cuota de zancudas, y la de limícolas exclusivamente alguna avefría.
Nos llamó también la atención
un cormorán grande que llegó un poco despistado y se sumergió de
inmediato para ver qué encontraba. Finalmente, tras una
paciente espera, conseguimos ver los ansiados ánsares caretos: al
menos un par de ellos que se dejaron ver a través de la ya intensa
calima.
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Foto de Luis Alcaraz |
Por los alrededores se mostraban
algunos aguiluchos laguneros que causaban cierta inquietud entre los
ánades, algún cernícalo vulgar, un halcón peregrino que pasó
rápidamente por allí... Además, tarabillas, escribanos palustres,
buitrones, trigueros, ruiseñores bastardos… daban vida a los
campos de alrededor.
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Foto de Benjamín Berdiales |
Para no acaparar el observatorio, y
para tener una perspectiva diferente de la laguna, nos dirigimos
hacia el observatorio de la embotelladora. Allí, a pesar de tener
una visión un poco más clara, no conseguimos volver a localizar los
ánsares caretos, así que, como ya nos empezábamos a quedar un poco
fríos, y como veíamos que ya comenzaban a llegar las grullas,
decidimos tomar un tentempié y acercarnos después a un campo
cercano donde éstas suelen congregarse.
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Foto de Benjamín Berdiales |
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Foto de Benjamín Berdiales |
Desde una distancia prudencial, aunque cómoda, pudimos verlas a placer: un grupo de unas noventa que fue aumentando hasta aproximadamente ciento cincuenta; jóvenes y adultos, comiendo o descansando...
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Foto de Benjamín Berdiales |
Pero la guinda de la tarde fue una hembra de halcón peregrino, posada en el suelo, al parecer comiendo una captura, que fue luego hostigada por un macho que tuvo que sufrir los malos modos de su congénere y salir volando de allí.
Ya terminando la jornada, un aguilucho
pálido nos deleitó con un larguísimo vuelo rasante mientras
trataba infructuosamente de cazar la cena. Finalmente, las grullas
decidieron que ya era hora de irse a dormir, y nosotros, siguiendo su
ejemplo, pusimos fin a una fría, aunque muy intensa jornada de campo
y aves.
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Foto de Luis Alcaraz |
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Foto de Benjamín Berdiales |
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Foto de Benjamín Berdiales |
Finalmente pudimos identificar treinta
y nueve especies: Ánsar careto, Ánsar común, Silbón europeo,
Ánade azulón, Cuchara común, Ánade rabudo, Cerceta común, Perdiz
roja, Cigüeña blanca, Cormorán grande, Garza real, Buitre negro,
Águila imperial ibérica, Aguilucho lagunero, Aguilucho pálido,
Milano real, Busardo ratonero, Grulla común, Avefría europea,
Cernícalo vulgar, Halcón peregrino, Urraca común, Corneja negra,
Cogujada común, Cetia ruiseñor, Mosquitero común, Cistícola
buitrón, Colirrojo tizón, Tarabilla europea, Zorzal común,
Estornino pinto, Estornino negro, Lavandera blanca, Bisbita pratense,
Escribano palustre, Triguero, Jilguero europeo y Gorrión común.
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